Cazadores de Sombras: Ciudad de los Muertos (por Dédalo y Mili_Shadowhunter (ella a partir del capítulo 8 de Dédalo))

Capítulo 13

Herman no entendía nada. ¿Quién era Santiago? ¿Por qué parecía como si a Caroline le hubieran arrancado el alma?
Contuvo el impulso de desenvainar a Maellartach y amenazar al tal Santiago. En vez de eso, cruzó de brazos y escaneó al nuevo con la mirada.
-¿Quién…?-empezó Herman.
Pero Amelia le apretó la mano disimuladamente.
Sin embargo, Herman se soltó y ayudó a Caroline a ponerse en pie, todavía mirando a ese que acababa de aparecer.
-¿Qué sucedió?-preguntó ella en cuanto estuvo en pie.
Santiago tragó saliva.
-Fue horrible.-respondió.- Ya te habrán dicho que fue un brujo quien mató a tus padres.-añadió.
Herman notó que la tuteaba y sintió un pinchazo, se dijo, de envidia.
Caroline se abrazó a sí misma.
-Dime lo que pasó, por favor.-
Herman sintió un escalofrío en la espalda. Había algo en la voz de ese muchacho que lo inquietaba. Sólo con mirar a Amelia, supo que ella pensaba lo mismo.
Katherine se puso al lado de Caroline.
-¿Por qué no nos lo cuenta?-inquirió.
Santiago la miró un momento y luego bajó la vista. Hizo una mueca como de dolor y se dispuso a hablar.
-Blasón nos tendió una trampa.-empezó.- Mató a los padres de Caroline mediante un engaño para cautivar a Balban, el Demonio Mayor del…-
-Del engaño, ya lo sabemos.-completó Herman.- Nos hemos topado con él una vez.-agregó luego.
Amelia hizo una mueca.
-Luego, cuando Balban se mostró, pudo ponerlo bajo su control. No le fue muy difícil, Balban ya prácticamente estaba enamorado de él por decirlo de alguna forma.-se centró en Caroline.- A mí me estuvo teniendo como prisionero de guerra, digámoslo así. Logré escaparme anoche.-
-¿Dónde está Blasón?-inquirió Herman, de repente interesado en el asunto.- Has dicho que te tenía con él, dinos dónde está para poder encontrarlo y matarlo.-
Santiago hizo un mohín.
-No quisiera encontrarme con él otra vez.-repuso.- Puedo decirte dónde está si de veras quieres saberlo, pero no te recomiendo que lo busques. Sus planes son…-tragó saliva.- No hay palabra que los describa.-
-Dinos.-pidió Amelia, hablando, repentinamente, antes que Herman.
-Está en Venecia. Yo llegué aquí por un Portal.-dijo Santiago con voz temblorosa.- Y planea…-se interrumpió. Sus ojos desprendían terror.
Caroline lo agarró por los brazos.
Herman miró alrededor por si había alguien mirando, pero el lugar estaba repentinamente desierto. Eso sólo pasaría si…
Y entonces oyó un grito.
Se volvió en redondo y contempló lo que sucedía.
No había pasado más que un segundo, pero Santiago ya no era Santiago. Había cambiado, tenía un aspecto… excitante y terriblemente atractivo, se dijo Herman. Repentinamente, Maellartach se hizo más pesada sobre su espalda y sus vértebras crujieron. El sonido lo devolvió abruptamente a la realidad y vio que Santiago había agarrado a Caroline y la arrastraba violentamente, corriendo, hacia la arboleda. Y le pareció… ¡sí, así era!
Miró a Amelia y Katherine, pero estaban tiradas en el suelo. No se detuvo a pensar por qué.
-¡Oye, cabrón!-
Y se lanzó a contrarreloj hacia los árboles él también, desenvainando a Maellartach de su espalda en un movimiento veloz y fluido, sin detenerse a pensar si eso era en beneficio propio, aunque sabía a ciencia cierta que no lo era.
Santiago había desaparecido de su línea de visión, pero oía gritos que sin duda eran de Caroline.
>>Vamos, esto no puede ser cierto. Me confían una vida y la Espada Mortal y ya todo se me escapa de las manos.<< pensó Herman mientras se detenía a escuchar.
Se arrodilló en el suelo y, a toda velocidad, sacó su estela de su bolsilla y dibujó una runa de orientación en el suelo. Las hojas caídas de los árboles se arremolinaron señalando un lugar.
-Vamos.-susurró para sí mismo.
Corrió unos cuantos metros y los vio a ambos tirados en el suelo.
Santiago ya había cambiado del todo. Ahora era un demonio incubi, un demonio del sexo. Tenía un aspecto humano aún, terriblemente encantador y excitante, pero Maellartach se ocupaba de que Herman no cayera en eso. Y, aparentemente, la Copa Mortal mantenía despierta a Caroline.
Herman saltó sobre el incubi y le pegó con el cabo de Maellartach en la espalda. El demonio cayó medio atontado sobre Caroline y Herman lo pateó con tanta fuerza que lo mandó a chocar contra un árbol.
-¿Estás bien?-le preguntó.
Sin quererlo realmente, la había tuteado.
Caroline no pareció darse cuenta. Herman notó que sus ropas estaban desgarrados y se le veía la piel del dorso. Vio que se le veían las tiras del sostén y desvió la mirada hacia el demonio… y vio que ya no estaba allí.
Unos brazos le apretaron el cuello, pero el apriete no duró más que un segundo.
A la velocidad de un rayo, Caroline sacó un cuchillo serafín de su cinturón –que increíblemente estaba entero-, le dio nombre, y se lo lanzó al incubi.
El cuchillo se le enterró al demonio en el ojo hasta el mango.
Comenzó a plegarse rápidamente tal y como hacían los demonios cuando eran asesinados. En cuanto se desvaneció, el cuchillo serafín golpeó contra el suelo.
Herman, que se había quedado mirando cómo el demonio incubi se plegaba en pedacitos, se volvió hacia Caroline y la observó un momento.
-O-O-Oiga…-empezó a decir, pero ella se le echó encima y se abrazó a él con fuerza al mismo tiempo que rompía a llorar.
Se quedó sorprendido con los brazos abiertos a los lados durante un momento o dos antes de palmearle la espalda y acariciarle los cabellos como le había hecho a su madre en el funeral de su padre.
Comprendió que Amelia y Katherine habían caído en un encantamiento del incubi y estaban sólo dormidas.
Frotó la espalda de Caroline con una mano mientras ella seguía llorando desconsoladamente sobre su pecho.

Genial bro [:

suerte en caracas hna!!

esta guay!!!

Mili:Mey the odds be ever in your favor <3 Suerte en Caracas!

Thanks

geniales!!! por fin me hice tiempo para leerlos jeje xD

como siempre, la mitad no la entiendo, pero aun así me encantan ^^

x eso, leete cds xD

jaaj emm todavía no empece el fic xD

kill you....

I repeat: muérete

que agresivos!!! xD

algún día mayco leerá el fic, y yo leeré los libros... u.u jajajaja

aliviánense! ;D

algún día no es suficiente >_< AHORA xD

emm... SIMÓN!!! xD

simón?

Q tiene q ver con naa? XD

Ni ella sabe

locura!!

vos callate y lee que pronto publicaré otra vez

El pronto se fue a la mierda xDDDDD

Cuando acabe mi fic de Helmut Graws en el foro de PJS termino con este fic...

hey! sí sé qué es simón!!! xD

es como dar el avionazo... algo así como el "tu lechita y a dormir" o el "tú cállate rosita".... es como decir sí sarcásticamente ;D pss... el simón es el simón; simón? jaja xD

bueno, pues como yo no leo HG, esperaré a que continúen con este a ver si para ese entonces mi amigo ya me prestó el libro y yo ya lo terminé de leer... pues pareciera que eso no sucederá pronto jeje C:

Capítulo 4: [C’s PoV]
Caroline estuvo llorando por al menos un minuto más hasta que se dio cuenta de que… bueno, estaba llorando desconsoladamente sobre el pecho de Herman Herondale.
Hizo un ruidito con la garganta y se aparto suavemente. Se limpio las lágrimas con el dorso de la mano mirando a Herman de reojo. El la miraba fijamente.
Se sintió muy consciente de que tenía el cabello desordenado, los ojos hinchados y el vestido rasgado por la parte del torso. Luego, volvió a recordar la cara del incubi… debía haberlo sabido. Incluso le hubiera exigido que le mostrara el antebrazo.
Negó la cabeza, tratando de no culparse. Aunque si no hubiera tenido la Copa Mortal…
-Eh… Oh… Dis-Disculpe. –balbuceo Caroline. El frunció el ceño.
-No tiene por que disculparse. –aclaro él.
-Gracias por… salvarme. –susurró ella. Él le resto importancia con un gesto de la mano.
-Tú lo mataste. –Caroline noto levemente que la había tuteado. Ella pensó “entonces no hay problema en que yo lo haga”.
-No sin tu ayuda. –ella se mordió el labio. Y volvió la vista hacia Amelia y Katherine en el suelo. Ambas estaban desmayadas, obviamente bajo el efecto del incubi. Caroline sabía que ella no estaba igual (y peor) gracias a la Copa Mortal aun en su bolsillo.
-¿Quién es Santiago? –pregunto de repente Herman. Caroline lo miró y luego se subió la manga del vestido hasta el antebrazo.
-Mi parabatai. –la marca de parabatai parecía brillar ligeramente. “No está muerto”, pensó ella.
-¿Qué? –Caroline se dio cuenta que lo había dicho en voz alta.
-Desde hace unas horas… -ella trago saliva. – Tengo la marca de parabatai de nuevo. Me la habían borrado cuando él había muerto. También, sentí la conexión parabatai, como si nunca hubiera muerto. Pero murió. Lo vi morir y sentí la conexión romperse.
Caroline se quedo en silencio, incluso cuando ya estaban en el carruaje de camino al Coliseo ni se molesto en decir ni pío ni mirar por la ventana. Esta vez sintió las miradas de Amelia y Herman, quienes ya no hablaban.
Ya estaban a plena mañana cuando llegaron al Coliseo. Caroline tenía las manos cerradas alrededor de su estela, de alguna forma esperando a que apareciera alguna horda de demonios detrás de cualquier columna. No se habría sorprendido mucho.
Pero si se sorprendió cuando vio a una vampira caminando sin preocupación alguna. Bajo la luz directa del sol.
***
Nota: Se que el capitulo es corto, pero es que llevo como dos meses solo con esto sin saber qué carajo poner xD
Si se preguntan cómo carajo Herminia puede caminar a la luz del sol, es que tenemos la teoría que en ese momento los cazadores tienen un poco más de % de sangre de ángel que en las sagas, ya que son unos cuantos siglos antes. Digo, la sangre de ángel se va mezclando con el paso de los años, por mucho que la sangre de cazador sea dominante. Además, hay que pensar que Herminia no dejo ni gota de sangre en James.

Un día de éstos escribo

Esta guay Milii!!!

gracias xD

muy bueno el cap Mili ^^ aunque llevaba tanto tiempo sin leerlo que a duras penas recordé lo básico xD

en fin, me gustó