Cazadores de Sombras: Ciudad de los Muertos (por Dédalo y Mili_Shadowhunter (ella a partir del capítulo 8 de Dédalo))

ves, mónica? mica entendió xD

No entendi , me lo explico mi mami!ajaja -no mentira- Solo adivineXD!

ahora estás bajo la cama del gay alec? qué hay ahí abajo? calzoncillos de magnus y de algunos amantes? jajajajaja

No seas malo con Alec, que es mi amor platonico!!XD!
Y Que tiene mas cosas de mujer aqui que mi armario!!Y apuesto a que no son de elXD!!

pfff

aaajajjajajajajajaj seran de la hermana??? o simplemente se la roba a las viejecitas y se las prueba cuando esta solo (?/ WTF??)

That must be truth xD

Moni que me has echo llorar de la risa!! If that is true , i'm going to come back to Jace's under bed

under the Jace's bed!!

se dice así!

por cierto, soy lucha, la novia de carli

y lo que dijo mónica me está matando de risa!!!!

Hola Lucha!!
Jajja , yo dije que se me da mal el ingles , a partir de ahora , solo Traductor GoogleXD

>.<

nadie habla inglés, why?! xD

Capítulo 6

Los pasillos eran la cosa más sombría que Herman había visto nunca. Tierra caía de lo que vendría a ser el techo, constantemente, cegándoles la visión durante un momento o dos, lo que podría haberle dado al vampiro el tiempo suficiente de matarlos a todos, pero, al parecer, sí quería llevarlos con su jefa.
Excentrius, todavía cargando con Katherine, no paraba de farfullar maldiciones en latín e italiano intercaladamente.
Había celdas a los costados del sendero sin iluminación, celdas que habían pertenecido en un lejano pasado a los gladiadores de la Roma primera. Había huesos de animales en algunas celdas.
-Ah…-el vampiro se relamió los labios.- Nuestras viejas presas.-dijo con expresión soñadora.
-Sigue andando, vampiro.-le espetó Amelia.
-Bueno, Amy, tampoco estamos siguiendo a un demonio a su cueva.-replicó Herman con desgano.
Le pareció ver un leve tic, casi imperceptible, en el ojo del vampiro.
-No.-dijo.- Esto es peor.-
Herman lo miró a los ojos, y distinguió un brillo fantasmal en ellos. Antes de que pudiera decir algo, el vampiro se detuvo. Estaban delante de una puerta de madera que tenía un travesaño de hierro.
-Bueno.-dijo el vampiro lastimeramente.- Si alguien hiciera el favor de quitarme esta cuerda, podría quitar el travesaño.-
Excentrius rió.
-Claro, y yo soy una nenaza.-se detuvo y miró a Amelia, que lo fulminaba con la mirada.- Aggg, lo siento, Amy, no quería decir… Bueno, ya sabes.-se volvió al vampiro.- Hazte a un lado, Hijo de la Noche.-lo empujó con una brusquedad inusual en él y lanzó un resoplido delante de la puerta con el travesaño de hierro.- Molto bene.-dijo en italiano.- Aquí vamos.-
Se agazapó y levantó forzosamente el travesaño. Herman y James lo ayudaron a dejarlo lentamente en el suelo.
-Un momento, aguarden.-el vampiro se colocó entre ellos y la puerta.
-¿Qué?-preguntó Amelia.
El vampiro la estudió con sus ojos oscuros.
-Probablemente los mate si no entro con ustedes.-dijo.
Excentrius sonrió socarrón.
-Tú te quedas conmigo… aquí afuera.-añadió.- Los dos solitos.-se relamió los labios con impaciencia.
El vampiro rodó los ojos.
-Por favor.-rezongó.- ¿En serio piensas que me puedes matar?-
Hubo algo en el tono de su voz que le indicó a Herman a que el bicho hablaba en serio, pero Excentrius no le prestó atención.
El hombre lobo dejó a Katherine en el suelo.
El vampiro estaba a punto de decir algo cuando Excentrius abrió la puerta y empujó a todos los cazadores dentro. La cerró lentamente y se volvió hacia el vampiro, relamiéndose los labios.

* * *

Entraron a trompicones en la sala, empujados por Excentrius.
Herman oyó la puerta cerrarse, y luego todo se sumió en un silencio sepulcral. Creyó que no había nadie allí hasta que vio una silueta en las penumbras de un rincón. Dos columnas de metal tan altas como un perro sostenían un ataúd de madera lustrada, abierto de par en par. En su interior, seguramente el líder de ese clan de vampiros dormitaba.
-Traten de no hacer ruido.-empezó James hablando en un susurro casi inaudible.- Los vampiros no suelen…-
Y entonces todo se fue a la mierda.
Arriba, un repudiado acababa de darle un manotazo al Coliseo, probablemente haciendo pedazos una pequeña porción de él, y el vampiro que dormitaba en el ataúd se irguió.
Incluso en la oscuridad, Herman pudo distinguir que era una mujer. Una mujer vampiro.
Tenía unos ojos rojos que brillaban en la oscuridad, una piel de un tono azulada, labios extremadamente finos. Tenía la piel totalmente estirada. No había ninguna arruga en su cara.
Estudió a sus visitantes con aburrimiento, luego pareció decidir que eran peligrosos y saltó de su ataúd al techo, del cual no bajó.
James no tardó en reaccionar.
Rebuscó en su bolsillo con rapidez y sacó una luz mágica a la vez que Herman y Amelia sacaban cada uno un cuchillo serafín.
-¡Suriel!-gritó Herman.
-¡Phanuel!-gritó Amy.
Y rápidamente la habitación estaba bañada en luz.
-¡Aggg!-
El grito de asco de la vampiresa duró sólo un momento, porque entonces cayó del techo justo delante de ellos.
James le puso un pie en el cuello sin mucha fuerza y se sacó una cruz de plata del cinturón.
-Como hagas algo, vampiro, te fulmino.-le advirtió.
-Pff. Qué miedo.-la vampiresa no le hizo caso.
Amelia se arrodilló.
-Tienes problemas.-le dijo.- Con un brujo.-
-¿Cuál de todos?-le escupió en la cara.
Amelia se levantó y dejó que Herman le limpiara la cara. James miró indignado a la vampiresa.
-Danos tu nombre, vampiro.-
-Antes denme los suyos.-
-Sólo por demostrar que soy mejor que tú.-dijo.- Yo soy James Herondale.-se señaló.- Y ellos son mis hijos, Amelia y Herman.-añadió.
La vampiresa lo estudió.
La vampiresa se tomó su tiempo para contestar, mientras una mueca le pasaba por la cara.
-Pues veamos. Soy Herminia Fairchild.-

Sii!!Sali Yo!! Esta re-guay , me encanto!!!

me too

u.u mili, mica te escupió en la cara >.<

espero poder devolverle el golpe xD

algún día >.<

O , shit ,ya me veo llegando al colegio con un ojo moradoXD

Repetir experiencias es malo >.<

si , ja , para la segunda ya te vas acostumbrando

xD

jajajajajajaj chulo y charlio espero que no le pase nada a mi hermanito que te M-A-T-O-

tú estás inconsciente, ni te enteras de todo lo que pasa xD

cap 7 debajo

Capítulo 7

-¿Fairchild?-inquirió James.- No he oído ese nombre antes.-
Herminia lanzó un bufido.
-Por supuesto que no. Mi progenie vive en Idris, en Alacante, y ustedes los Herondale son una plaga.-miró a todos, uno por uno.- Se extienden procreando con quien se les cruce, siempre…-
-Calla, submundo.-le recomendó Herman.- Nuestro linaje es el más puro de entre los de los Cazadores de Sombras.-
Herminia rió,
-Claro, eso lo sé. Conocí a tus tátara abuelos, siempre jactándose de haber tenido contacto con los ángeles. ¡Bah! Si ellos hicieron eso, yo no puedo ahora pronunciar el nombre de…-se atragantó.
-Ya ves, es cierto.-le echó en cara Amelia.
-…de Dios.-Herminia sonrió socarrona.
Herman y Amelia se quedaron pasmados. Normalmente los vampiros no podían decir eso.
James, sin embargo, se rió.
-No me importa lo que tengas que decir, vampiro.-afianzó su agarre sobre ella, tras lo cual Herminia se quejó.
-¿A qué han venido?-preguntó.
Amelia se agachó de nuevo delante de ella.
-Tienes problemas con un brujo.-le dijo.
Herminia rodó los ojos.
-Ya te he preguntado antes “¿Con cuál de todos?” Esos Hijos de Lilith son como ustedes los Herondale, ¡una plaga! ¡Están por todas partes!-hizo ademán de zafarse de James, pero él le pegó un puñetazo en los lumbares y ella dejó de forcejear, al menos durante un rato.
-Ragnor Fell.-le dijo Herman.
La vampiresa volvió los ojos hacia él, y Herman pudo que ver que de no ser por su padre, Herminia lo habría matado en el acto.
-Ese brujo…-empezó lentamente.- PRECISAMENTE ESE BRUJO…-repitió.- ¡CONVOCÓ A UN DEMONIO QUE MATÓ A UNO DE MIS POLLUELOS!-se detuvo como si fuera a tomar aire, pero obviamente no lo hizo.- ¡Y NOS COSTÓ TREINTA Y SIETE VAMPIROS MATAR A ESE DEMONIO!-
Todos guardaron silencio. Finalmente James siguió hablando.
-No estamos buscando pelea, vampiro. Sólo queremos que tus vasallos dejen tranquilo a Ragnor Fell.-
La vampiresa lo miró como pudo.
-Claro, debería dejarlo.-se mofó.- Como si él fuera a dejarnos a nosotros.-lanzó un resoplido.
-Necesitamos su ayuda, y nos ha pedido que a cambio hagamos esto por él. No queremos matar a nadie, vampiresa, esperamos su cooperación.-luego pareció forzarse a hablar.- Por favor.-añadió.
Herminia Fairchild se mantenía inexpresiva. Se mantuvo en silencio un segundo o dos, y luego habló con voz calmada.
-Hace veinticinco que llamó a uno de esos bichos asquerosos. ¿Cómo se llamaba? Lo llamó “demonio behemont” o algo así. Mató a uno de los nuestros antes de que yo acertara a clavarle unas cuantas patas de sillas de madera y hacerle tragar una caja.-explicó.- Pero…-
-Herminia…-dijo James, y Herman y Amelia notaron que era la primera que la llamaba por su nombre, y, quizás, la última también.- Ya han pasado veinticinco años. Alguna vez fuiste humana. Si te queda algo de esa humanidad, aprovéchala. Ragnor no se siente satisfecho con lo que hizo, pero tienes que era joven entonces, como un niño malcriado.-
La vampiresa se removió un poco debajo de él.
-Muy bien.-dijo, y Herman notó algo en su voz que no llegó a identificar.- A la mierda con Ragnor Fell.-dijo.
-¿Dirás a tus vasallos que lo dejen en paz?-
-Sólo si tú prometes por el Ángel que él no volverá a acercarse a este lugar.-Herminia seguía mirándolo.
James se puso en pie y le tendió una mano para levantarla, pero, en vez de agarrarse a él, Herminia se levantó de un salto y se sacudió las ropas. Iba vestida con una capa que llegaba hasta el suelo, botas negras, brazales del mismo color, guantes también negros, una camisa blanca puesta por debajo de un chaleco negro, y pantalones también oscuros. El cuello de la capa le llegaba hasta la nuca. Estando de pie, con toda esa ropa y los labios extremadamente finos y negros, los colmillos sobresaliéndole, los ojos rojos que le brillaban, su piel azulada… en fin, Herman supuso que le daría miedo a alguien, pero no a él. Había visto cosas peores.
-Lo juro por Dios.-dijo James.

* * *

Ya llevaban un rato intentando matarse cuando el vampiro trastabilló y Excentrius vio su oportunidad. Se lanzó sobre el vampiro y… de repente ya no estaba ahí.
-Pero qué mierda…-
Y algo lo golpeó por detrás.
Mientras caía pudo girarse y rodar fuera del alcance de lo que lo había golpeado, y, por un momento, vislumbró al vampiro allí de pie con una roca en la mano. Menos de un segundo después, ya lo tenía delante.
-¿Cómo…?-empezó, y entonces el vampiro le dio en la cara.
Excentrius cayó hacia atrás, soltando un gemido lastimero. Oyó pasos en la sala de la vampiresa. Seguramente saldrían y le echarían la culpa al vampiro.
Intentó levantarse, pero el vampiro se movió a una velocidad increíble, tan rápido que a Excentrius le pareció que estaba haciendo tres cosas a la vez: mantenerlo a él en el suelo, trancar la puerta con el travesaño y dibujar una runa demoníaca de cierre sobre la puerta.
Rió luego con satisfacción.
-¿Tiene idea de lo que está pasando, licántropo?-
Excentrius parpadeó. Empezaba a faltarle el aire, y la figura del vampiro se contorsionaba ante él.
-¿Qué quieres… decir?-
El vampiro rió satisfecho y se giró para tomar en brazos a Katherine. De repente otros dos brazos salieron de su costado y atraparon a Excentrius, que quiso forcejear, pero fue en vano.
-Soy un Demonio Mayor.-dijo, gozándolo.
Y entonces su figura cambió por completo. No tenía cara, sólo una nebulosa negra que formaba un cráneo reseco. Todo su ser parecía ser igual.
-Soy Balban.-dijo.- El Demonio del engaño.-